11/06/2012 - ¿Qué es el Análisis Social del Ciclo de Vida y qué le puede aportar a la RSE?

 

 

El objetivo del informe de la Cátedra Mango de RSC de la Universidad Pompeu Fabra, “El Análisis Social del Ciclo de Vida como instrumento de RSC”  ha sido comparar la metodología del Análisis Social del Ciclo de Vida (ASCV) con la visión de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), y explorar en qué medida estas dos aproximaciones se pueden complementar.

 

 Se trata de una herramienta muy ambiciosa, ya que su objetivo es analizar los impactos no sólo en la fase de la producción, sino en todo el ciclo de vida del producto. El ASCV puede realizar una contribución importante a la RSC, ya que puede proporcionar – mediante una metodología rigurosa - información relevante para las empresas  que quieran mejorar sus impactos sociales a lo largo de la cadena de valor. 

 

 

Análisis Social del Ciclo de Vida

 

El ASCV podría ser utilizado por un lado como instrumento de mejora interna en los aspectos sociales de RSC, y por el otro, como instrumento de marketing de cara al exterior (incluso para apoyar un proceso de certificación de productos).

 

Asimismo, el ASCV puede convertirse en una herramienta de gestión de riesgos, ya que puede ayudar a identificar y medir los impactos sociales sobre los diversos  stakeholders de la empresa, y de esta manera servir para prevenir situaciones de crisis. En este sentido el ASCV puede contribuir a seleccionar las actuaciones prioritarias, en el marco de la RSC, para reducir los impactos sociales negativos de las empresas y potenciar los positivos a lo largo de la cadena de valor. 

 

Con respecto a las dificultades para llevar a cabo  estudios de ASCV en la práctica, el principal obstáculo identificado es la necesidad de recopilar una gran cantidad de información, ligada a la falta de indicadores apropiados y bases de datos genéricos o sectoriales. Igualmente, todavía  existen algunos desafíos metodológicos que complican la aplicación del ASCV, como la dependencia de los impactos sociales del contexto local y de la gestión empresarial, la asignación de los impactos a nivel de producto y el proceso de agregación de los impactos a lo largo de las diferentes etapas del ciclo de vida.

 

En este sentido, los participantes en el proyecto sugirieron seguir un procedimiento gradual para iniciar el ASCV, empezando con el estudio de unos pocos indicadores y etapas del ciclo de vida y ampliándolo con los años de experiencia.

 

Según las Líneas Directrices elaboradas por UNEP/SETAC, el ASCV es "una técnica de evaluación de los impactos sociales (incluyendo los impactos potenciales) que tiene como objetivo evaluar los aspectos sociales y socio- económicos de los productos y su impacto potencial positivo y negativo a lo largo de su ciclo de vida, incluyendo la extracción, el procesamiento de las materias primas, la fabricación, la distribución, el uso, la reutilización, el mantenimiento, el reciclaje y la disposición final". Puede ser aplicado sólo o en combinación con el ACV.

 

El ASCV se basa en las  categorías de impacto que se derivan de temas de interés social. Las Líneas Directrices proponen las siguientes categorías de impacto: 1) Derechos humanos; 2) Condiciones de trabajo; 3) Salud y seguridad; 4) Patrimonio cultural; 5) Gobernanza; 6) Repercusiones socio-económicas.

 

Las principales categorías de stakeholders que proponen las Líneas Directrices son las siguientes:

1)      Trabajadores/empleados

2)      Comunidad local

3)      Sociedad (nacional, local)

4)      Consumidores (tanto los consumidores finales, como los consumidores asociados a cada etapa del ciclo de vida)

5)      Actores en la cadena de valor (incluyendo los proveedores).

 

A esas se pueden añadir otras categorías de  stakeholders (como por ejemplo las ONG, el estado o las generaciones futuras) u otras diferenciaciones o subgrupos (por  ejemplo accionistas y socios comerciales)

 

El ASCV realizado sobre la producción de computadoras y de rosas  son una de las muy pocas puestas en práctica realizadas hasta la fecha. Otro ASCV realizado recientemente, es el de Blom y  Solmar sobre los biocombustibles (biodiesel, bioetanol y biogás) consumidos en Suecia.

 

Los enfoques del ASCV y de la RSC tienen muchas similitudes. De hecho, ambos tratan los impactos sociales de las empresas, su conducta y la manera en que ellas organizan y gestionan sus relaciones con los  stakeholders internos (trabajadores) y externos (comunidad local, usuarios, ONG, etcétera).

 

En este sentido, ambos enfoques difieren del ACV ambiental, que analiza los impactos ambientales asociados a un producto o proceso. Además, a diferencia del ACV, en general no consideran los impactos asociados al uso de los productos, porque éstos no pueden ser reconducidos siempre al comportamiento de las empresas.

 

El ASCV y la RSC difieren en cuanto a su  alcance. El ASCV idealmente incluye todos los impactos a lo largo del ciclo de vida de los productos, mientras que la RSC se centra en los impactos asociados a la propia empresa, y, en ocasiones puede extenderse a los siguientes eslabones de la cadena de valor (proveedores y clientes directos) que están dentro de su esfera de influencia.

 

Finalmente, el ASCV y la RSC también difieren en cuanto a la metodología. El ASCV sigue la sistemática del ACV, es decir, las fases y la terminología establecida en las normas ISO 14000 (categorías, subcategorías, indicadores de inventario). En contra, la RSC carece de una metodología específica, aunque cuenta con una batería de herramientas que ayudan en su implantación.

 

En cuanto a los posibles usos del ASCV, los entrevistados para la investigación encontraron poco atractivo el uso del ASCV para identificar hotspots y para comparar productos, e indicaron que podrían estar interesados en el ASCV más como un instrumento de marketing que para mejorar su gestión interna.

 

 

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Más información:

 

El Análisis Social del Ciclo de Vida como instrumento de RSC

 

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